La fiebre es una elevación transitoria de la temperatura corporal. En otros términos, es un signo que nos indica que algo está mal en la salud de tu perro. Su sistema de defensa activa esta alarma como primera reacción ante alguna enfermedad de consideración. Sin embargo, no todas las elevaciones transitorias de la temperatura corporal son causa de una enfermedad grave:
La temperatura corporal en un perro está entre los 38 °C y los 39.2 °C, aunque se ha visto que algunas mascotas mantienen una temperatura por encima o por debajo de dicha referencia. Si tu perro presenta una temperatura por encima de los 40 °C o cae por debajo de los 37.2° C es necesario llevarlo a un médico veterinario para su valoración.
También es importante aclarar que los cachorros, las perritas antes de parir y los perros de edad adulta pueden no tener la medida del rango que se considera normal.
Primero que nada, en el caso de los perros, la temperatura debe medirse por vía rectal y para tomarla es mejor utilizar un termómetro digital* (es conveniente que sea para uso exclusivo de tu mascota).
*Utilizar un termómetro digital es más conveniente porque no representa un peligro para tu mascota. Los termómetros de mercurio, en cambio, pueden romperse y causar daño a tu amigo (recuerda que el mercurio es sumamente tóxico para todos los seres vivos). Asimismo, el digital te brinda una lectura más rápida, facilitando, así, el procedimiento.
1.- Asegúrate de que tu perro esté tranquilo. En la mayoría de los casos es mejor hacerlo con la ayuda de otra persona para que ambos puedan sostenerlo con firmeza. También es aconsejable el uso de algún premio que propicie su relajación.
2.- Lubrica el termómetro con vaselina o un lubricante especial para perros, así podrás introducirlo más fácilmente
3.- Levanta suavemente la cola de tu perro y mantenla levantada, mientras sostienes bien al perro. Éste debe permanecer de pie, no permitas que se siente.
4.- Inserta suavemente el termómetro en el recto del perro (únicamente la punta recubierta de metal) gira ligeramente y con una longitud suficiente para que quede cubierta la punta y pueda medirse la temperatura de modo adecuado.
5.- Espera unos segundos (la mayoría de modelos suelen demorar unos segundos en dar el resultado). En seguida registra el valor que ha marcado el aparato.
6.- Una vez obtenida la lectura en el termómetro, retíralo y desinféctalo bien. Lávate muy bien las manos y guarda el termómetro. (recuerda que ese termómetro es de uso exclusivo para su mascota, tampoco debes usarlo con humanos, no importa cuánto tiempo hayas dedicado para desinfectarlo).
*Si se trata de un cachorro usa un termómetro de uso pediátrico.
Toca y siente las orejas y las patas de tu perro: si las patas y las orejas de tu perro están más calientes de lo habitual es posible que su mascota tenga fiebre.
Revisa la nariz de tu mascota: si tiene secreción amarillenta o verde puede deberse a una infección.
Revisa las encías de tu perro: cuando hay signos de fiebre las encías pueden mostrarse secas y enrojecidas.
Si has comprobado que tu perro tiene fiebre debes llevarlo lo antes posible al veterinario. Te recomendamos (de manera provisional) que lo lleves a una zona fresca, lejos del calor, y con ayuda de paños frescos, los pases sobre su cuerpo para ir controlando su temperatura corporal, anímalo a beber pequeñas cantidades de agua fresca. Si no tienes la prescripción de un doctor no mediques por tu cuenta a tu mascota.
Recuerda: es muy importante que consideres que la única persona calificada para tratar cualquier enfermedad de tu perro es un médico veterinario. Para cada caso se requiere un análisis específico.
Cuéntanos qué te pareció este artículo, déjanos tus comentarios.