Es un clásico, tu mascota suele acercarse a la hora del desayuno para suplicarte con los ojos un poco de pan. Entonces te llega a la mente el vago recuerdo de alguien diciéndote que los perros no pueden comer pan porque se vuelven locos.
Eso no es verdad, los perros pueden comer pan, pero esto no debe constituir la base de su dieta. Además, no pueden comer todo tipo de pan. A continuación, te explicamos en qué debes poner atención si necesitas darle, de vez en cuando, un bolillo a tu mascota.
Entre los alimentos que no pueden comer en exceso los perros están la sal, los azúcares refinados y cierto tipo de harinas, lácteos e incluso huevos, pues pueden desencadenar reacciones alérgicas o indigestión.
Estos suelen ser ingredientes comunes en los panes comerciales o en el pan dulce, por eso, no todo pan es apto para el estómago de tu peludo. No obstante, si a tu perro le gusta comer pan, puedes optar por algunos que sí pueden digerir, aunque, recuerda, nunca en exceso.
El pan que puede comer tu perro no debe contener ajo, exceso de azúcar, harinas refinadas, nueces de macadamia, chocolate ni sal y, muy importante, productos de levadura.
Algunos de estos ingredientes no son necesariamente tóxicos, pero pueden causar una obstrucción gastrointestinal si tu mascota los ingiere.
Es el caso de la levadura, pues puede seguir expandiéndose en el estómago caliente de tu perro, generando un bloqueo en el tracto digestivo.
Este problema es conocido como vólvulo de dilatación gástrica (GDV), pero no es el único peligro. Todo proceso de fermentación conlleva la producción de etanol y, por lo tanto, cuando un perro come levadura puede sufrir una intoxicación por alcohol en la sangre.
Nunca le des la masa cruda de pan a tu perro.
No, y no es porque sea tóxico sino que es poco nutritivo y a muchos perros no les gusta el sabor.
Un pan casero con harinas integrales de avena, arroz, cebada y lino puede ser una buena opción para saciar el antojo de pan que tiene tu perro. Este tipo de granos son más fáciles de digerir que la harina de trigo.
Evita que el pan contenga levadura común o polvo para hornear y tampoco agregues sal o azúcar, en su lugar puedes usar miel pura. Para agregar algo dulce, también puedes mezclar plátanos maduros y no está mal utilizar una pizca de canela en polvo.
Esta es una buena golosina que mantendrá a tu perro saludable, siempre y cuando no constituya la base de su dieta. Los perros, genéticamente, son carnívoros y, por tanto, su sistema digestivo no está preparado para digerir hidratos de carbono, como la mayoría de las personas.
No obstante, los miles de años de evolución y el largo proceso de domesticación han logrado que los perros sean más eficientes a la hora de digerir harinas que sus primos más salvajes, los lobos.
Por esta misma razón, la reacción que tienen ciertas razas a ciertos alimentos puede ser variada, pues depende del historial genético de cada una de ellas.
Otra razón para no alimentar a tu perro con piezas de pan duro o fresco de manera frecuente es que las harinas contribuyen al incremento rápido del peso corporal. Si tu perro tiene sobrepeso y es sedentario, darle pan no le ayudará.
Por último, recuerda que la pizza que compras contiene levadura, así que no le avientes una rebanada por más que se le antoje el pepperoni. Tampoco dejes que los restos de pan comercial que van a la basura estén al alcance de tu perro.
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